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La Realidad del Gran Imperio Británico, Parte 1: En los Hombros de los Esclavos

Advertencia: Discusión de violencia extrema, racismo, y referencias al abuso sexual.


He escrito esta entrada como una reacción a lo que sucede en el mundo actual, en cuanto al levantamiento antirracista y la falta de consciencia acerca del colonialismo británico del pasado, que parece cada vez más y más evidente. Como historiadora y como inglesa, creo que es mi deber educarme a mí misma y a los demás en este asunto. Esto, con la esperanza de que nos ayude a todos los que somos blancos, a comprender el papel que tenían nuestros ancestros en establecer, tanto un comercio de esclavos espantoso, como una cultura de racismo repugnante. Ambas cosas que todavía tiene un efecto muy negativo en la experiencia de la gente de color en este país, aunque hayan pasado 200 años desde la abolición de la esclavitud.

 

Cuando tenía 13 o 14 años, estudiamos el Imperio Británico en mis clases de historia, durante más o menos 6 semanas. Aprendimos que Gran Bretaña tenía un cuarto de toda la tierra en el planeta, que los capitanes de navío traían al país gran riqueza, nuevas comidas y especias, y que exploraban muchísimos lugares asombrosos - una edad de oro para Gran Bretaña y gloria definitiva para el rey. Maravilloso ¿no? Nuestra pequeña isla, mejorando un mundo lleno de “gente incivilizada” y haciendo grandes cosas para nuestra propia economía.


Sin embargo, durante ese pequeño curso, no examinamos mucho la esclavitud. Recuerdo que hubo un “día de enriquecimiento”, en el que pasamos una hora durante la mañana hablando de la historia del comercio de esclavos transatlántico, y después, durante la tarde, estudiamos un poco las canciones que cantaban los esclavos en las plantaciones, pero no mucho más. A lo que me refiero con “las canciones de los esclavos” es a que, las personas esclavizadas que vivían en las plantaciones cantaban para pasar el tiempo y para mejorar los niveles de moral. Aunque muchas de esas canciones eran cantos cristianos o laborales, también los utilizaban para comunicar planes de fuga sin levantar sospechas de los supervisores. Honestamente, fue algo que nos impresionó, pero como algo lejano, algo que sucedió en los EEUU y que no nos involucraba como ingleses, y de alguna manera, aunque fuera sin intención, la forma en que lo vimos fue muy romantizada. Miramos brevemente a los héroes que ayudaban escapar a los esclavos, como Harriet Tubman, pero en general, la esclavitud era una nota al margen al lado del glorioso imperio de Gran Bretaña. Claro, esclavizamos miles de personas y los tratamos bastante mal, pero ¡MIRA TODAS LAS COSAS ASOMBROSAS QUE NOS DIÓ EL IMPERIO Y COMO NOS BENEFICIARON!


Esta es una de las cuestiones más grandes que tenemos que enfrentar en este momento, con el trasfondo actual de las protestas antirracistas - mucha gente en el Reino Unido piensa que el racismo es un problema estadounidense, ambos en el presente y en el pasado. Vi recientemente una entrevista con el podcaster George the Poet, en la que la entrevistadora hizo este comentario:

"¿Seguramente, no se puede poner a América y Gran Bretaña en la misma posición? [...] Nuestra policía no está armada, ni siquiera tienen armas, el legado de la esclavitud no es lo mismo..."

Ojalá tuviera razón, pero desafortunadamente no es el caso. Este es el problema exacto - en Gran Bretaña, a la mayoría no nos han educado suficientemente en cuanto a la realidad de nuestra historia colonial; y, a causa de figuras británicas tan grandes, como William Wilberforce, quienes fueron exitosas en abolir el comercio de esclavos acá, a menudo nos enfocamos en los EEUU como 'los culpables más recientes' involucrados en el comercio de esclavos transatlántico, y omitimos lo que venía antes. No olvidemos que los EEUU fue territorio colonial de Gran Bretaña hasta 1776. 57 años antes de la Ley Británica de la Abolición de la Esclavitud (1833), y solamente 31 años antes de la abolición del comercio de esclavos (1807). Como historiadora, pienso que es importante hacer lo posible para asegurar que esta realidad no se omita, sobre todo para mi propia memoria. Quizás suene bastante pretencioso, pero es importante. Entonces alístense, queridos lectores, para educarnos juntos sobre las realidades del papel de Gran Bretaña en el comercio de esclavos transatlántico. Voy a mirar detalladamente las diversas etapas, tal como los esclavos las habrían sufrido, acabando con un corto análisis de lo que significa todo esto para nosotros hoy en día.

 

Etapa 1: Secuestro

Contrario a la opinión popular, África, al principio de la Edad Moderna no era una colección de pueblos tribales - también había grandes ciudades que eran centros del comercio y de la educación, como Djenné y Timbuktu, y había allí, además, múltiples economías prósperas mucho antes del asentamiento europeo. Nadie hubiera podido entrar de sopetón y encargarse de todo. De hecho, los europeos colaboraron con 'patrullas de reclutamiento' de África Occidental, que secuestraban a la gente y la transportaban a la costa; un viaje que solía durar meses. Los cautivos eran detenidos en recintos como este antes de ser trasladados:


Plan de un recinto de esclavos en El Golfo de Guinea. Actualmente Nigeria.

Olaudah Equiano era un ex-esclavo y abolicionista, quien trabajaba con el movimiento Los Hijos de África y La Sociedad para Ocasionar la Abolición del Comercio de Esclavos a finales del siglo XVIII. Esto es lo que dijo sobre su propio secuestro en sus memorias, La Narración Interesante Sobre la Vida de Olaudah Equiano, publicadas en 1789:


"Un día, cuando toda nuestra gente había salido a trabajar como era normal, y mi querida hermana y yo nos quedamos solos cuidando la casa, dos hombres y una mujer saltaron nuestras paredes y en un momento nos agarraron a los dos y, sin darnos tiempo para gritar o resistir, taparon nuestras bocas y nos llevaron al bosque más cercano. Allá, ataron nuestras manos, y nos llevaron lo más lejos posible. Al atardecer, llegamos a una casa pequeña donde los ladrones pararon para comer y pasar la noche. Después, nos desataron, pero no fuimos capaces de comer; y como estábamos bastante abrumados por el cansancio y el dolor, nuestro único alivio era el sueño."


Tenía 8 años de edad.



Etapa 2: Traslado (El Pasaje Medio)

Si no te gustó la primera etapa, te tengo malas noticias. La etapa del traslado también era completamente espantosa. Los hombres, mujeres y niños que recientemente habían sido secuestrados de sus casas, eran despojados tanto de su ropa como de sus pertenencias. Luego, eran marcados, encadenados y metidos forzadamente a la cubierta de un barco, con aproximadamente 1,22 metros de espacio por persona. Para los comerciantes, esto se trataba de la cantidad máxima de carga que podían apiñar en los barcos, para poder hacer tanto dinero como sea posible en el otro lado del mar. Si no lo puedes imaginar, entonces aquí te lo muestro:



En promedio, el 15% de los cautivos morían en el traslado, y la muerte podía ocurrir por varias razones. La enfermedad y malnutrición obviamente mataban a muchos, pero no olvidemos que la tortura y el asesinato a manos de la tripulación también sucedían. Sin duda la asfixia era otra de las causas de muerte en esas condiciones tan apretadas. O, y por cierto, los esclavistas tiraban personas por la borda si estaban heridos o enfermos, para que el seguro les cubriera. ¿Ya te sientes repugnado?



Etapa 3: Subasta

Para el 85% que llegaba vivo a las Américas o Europa, una subasta era la próxima etapa. Era como suena - seres humanos eran vendidos al mejor postor. Las familias que eran afortunadas de haber permanecido unidas hasta ese momento casi nunca eran compradas juntas. A menudo, esa era la última vez que se veían. Frecuentemente, eran vendidos según su salud, fuerza física, o su percibida capacidad de ser 'domesticados', como animales. Y dado que los que parecían más sanos se podían vender más a mayor precio, cada uno sería vigorosamente limpiado a fondo, y cualquier herida abierta se llenaría con alquitrán caliente para ocultarla antes de la subasta. Los que no habían sido elegidos en la subasta se vendían en 'una subasta aleatoria' - los esclavistas ponían un precio fijo por cada uno y los compradores salían en desbandada para agarrar a las personas que querían.



Etapa 4: La Vida en Cautividad

Esta etapa era por lejos la más dependiente de varios factores: el carácter y las intenciones del dueño y lo estrictos que eran; el tipo de trabajo que se le daba al cautivo y el ambiente en el que debía hacerlo; la salud y la fuerza física del cautivo; y también su coraje, es decir, si intentarían escapar/rebelarse o no.


Al llegar a la propiedad de su captor, a los esclavos se les daba un nombre nuevo y 'menos bárbaro' que sería más sencillo de recordar o pronunciar por los británicos, borrando tanto como fuera posible sus identidades africanas. Hay una escena muy conmovedora, que siempre ha permanecido en mi mente, de la serie de la BBC, Roots (2016) en que el protagonista, Kunta Kinte es azotado repetidamente con un látigo de púas al negarse a responder al nombre de "Toby", dado por sus captores. La escena dura un total de tres minutos y medio, hasta que Kunta Kinte cede y se rinde al supervisor, quien le ha gritado y gritado que su nombre es Toby y que no es nada más que propiedad animal. Aún después de que Kunta Kinte por fin dice "Toby", el supervisor continúa azotándole hasta que lo dice en una voz suficientemente alta para que todos a su alrededor le puedan oír. Es una escena que me tuve que forzar a ver, mientras me sentía asqueada lo cual es mucho decir, ya que no suelo sentirme así cundo veo escenas violentas en la pantalla.


La vida cautiva también significaba vivir bajo una serie de restricciones legales, además de ser, literalmente, una pertenencia. Por supuesto, cuando lo ponemos en términos sencillos, los esclavos no tenían ningún derecho legal - su estado se consideraba igual al del ganado y por eso sus vidas eran una cuestión de interés económico en lugar de interés social. Los esclavos se podían casar (con permiso) pero esto no era jurídicamente vinculante ante la ley, entonces todavía se les podía separar sin problemas legales si uno de ellos era vendido. Si tenían niños, éstos eran automáticamente la propiedad de los captores; nadie nacía libre. Es más, casi no hace falta recordarles que muchísimos esclavizadores abusaron sexualmente y violaron a las mujeres cautivas, resultando en innumerables niños mestizos, a quienes casi nunca se aceptaba en la familia blanca. También, era común que los esclavos se vendieran sin aviso y no había casi ninguna restricción para prevenir el maltrato de la gente negra. En la isla de Antigua, por ejemplo, era legal incluso matar a un esclavo hasta 1723. A los que se les acusaba de cometer delitos (no siendo necesariamente culpables) eran, a menudo, linchados.


Había dos “usos” principales de las fuerzas laborales cautivas. A algunos se los enviaba a trabajar en plantaciones en las Américas (recuerda que América era una colonia británica hasta 1776 y que colonizamos mucho del Caribe además que Guyana), y a muchos se les puso a trabajar como sirvientes domésticos, ambos en América y en Gran Bretaña. Había también otras áreas en los que los esclavizados eran puestos a trabajar, pero nos vamos a enfocar en estos dos:

Obreros de plantación

Casi no hace falta decir que el trabajo en granjas y plantaciones era brutal, basta con decir que la expectativa de vida promedio para un obrero de plantación esclavizado era solamente siete años. Una gran cantidad del trabajo en las plantaciones se desarrollaba alrededor de la caña de azúcar, por lo que la demanda aumentó rápidamente durante los siglos XVII y XVIII. El proceso de cosechar la caña tenía que hacerse de forma expedita, ya que una vez cortada, el jugo que contiene podía fermentar muy rápido. Por ello, la caña debía ser procesada lo antes posible si es que se quería obtener alguna cosecha de azúcar (y por ende, de ganancias). Por esta razón, los trabajadores en las plantaciones estaban sometidos a una estricta exigencia de tiempo, acrecentadas por el sistema de turnos de 24 horas(!!) que se estableció en muchas plantaciones, además de las temperaturas extremas. Otros tipos de plantaciones en las Américas incluían las de tabaco, índigo, algodón, y arroz.


Escaparse era prácticamente imposible. Si ya era difícil por los obstáculos físicos, se hacía aún más complejo debido a la barrera psicológica que provocaba el miedo a ser descubiertos - había varios castigos establecidos para disuadir a los cautivos que intentaran fugarse. Algunos supervisores, como Thomas Thistlewood eran extremadamente sádicos, inventando castigos creativos para aquellos que encontraba huyendo. Por ejemplo, hay múltiples registros en su amplia colección de apuntes, que detallan una ocasión en que encurtidos salados, jugo de limón verde y pimienta fueron frotaron vigorosamente en las heridas de una persona que ya había sido azotada, con el fin de ampliar su tortura aún más. En otra ocasión, Thistlewood desvistió a un esclavo, le cubrió en melaza y le dejó afuera en el sol para las moscas y los mosquitos. Thistlewood es un ejemplo especialmente brutal, pero no era el único que buscaba ser creativo con sus castigos.

Entre los castigos más comunes se encontraban los azotes, grilletes de púas muy pesados, correas de lengua, y marcas faciales:

Varios instrumentos de tortura utilizados en gente esclavizada en el Caribe. Mostrados en Britain's Forgotten Slave Owners (BBC 2).

Por supuesto, no eran solamente los intentos de fuga los que provocaban estos castigos. Olaudah Equiano también recuerda en sus memorias que una vez vio a un hombre tan severamente golpeado, que casi todos sus huesos estaban rotos; todo porque había permitido que una olla se derramara.


Los que se enfermaban demasiado como para seguir trabajando con normalidad, eran atendidos por médicos negros que utilizaban hierbas medicinales, o simplemente se permitía que otro cautivo los atendiera. Evidentemente, proporcionarles cualquier tipo de ayuda médica respondía a los intereses de los captores, ya que los esclavos enfermos suponían un menor número de personas en la mano de obra, lo que ponía en peligro las ganancias. Aquellos que eran sospechosos de fingir enfermedad eran severamente castigados.


Esclavos domésticos

La vida de los esclavos domésticos era, por lo general, un poco más fácil que la de los trabajadores de las plantaciones, pero no era en absoluto un camino de rosas. Ciertamente tenían mejor comida y a menudo podían viajar con sus captores, incluso a veces podían establecer una especie de relación personal con la familia blanca, lo que significaba que podían evitar un trato más severo si tenían suerte. Hasta cierto punto, estaban en un nivel un poquito más alto en la jerarquía que los esclavos que trabajaban en las plantaciones, pero seguían siendo muy prescindibles.


En Gran Bretaña, la esclavitud no tenía técnicamente ningún fundamento legal, pero se encontraron formas de torcer o eludir la ley para que la gente negra pudieran seguir siendo tratados como propiedad. Por supuesto, el racismo seguía estando presente en la sociedad británica de cualquier manera, y eran muy pocos los negros y mestizos que alcanzaban algún tipo de estatus real. Tener sirvientes negros en Gran Bretaña se consideraba un signo de gran riqueza, especialmente si se podía pagar para vestirlos con ropa fina y darles una educación británica, como Charles Ignatious Sancho, que trabajaba como sirviente de Lady Mary Churchill, duquesa de Montagu:

Sancho con la duquesa de Montagu. Pintado en los 1720 por Enoch Seeman.

Muy pocas personas esclavizadas en las colonias británicas lograron ver la libertad. Los que eran liberados o lograban escapar seguían teniendo que luchar contra el racismo intrínseco de la sociedad, así como vivir con el riesgo constante de ser capturados y esclavizados de nuevo. Incluso en 1838, luego de la abolición de la esclavitud y la trata de personas en todo el imperio, las personas de raza negra seguían estando en una situación de desventaja significativa en la sociedad - un hecho que ha surgido mucho recientemente es que después de la abolición de la esclavitud, los que habían esclavizado a otros fueron compensados por su "pérdida de propiedad", pero los que habían sido esclavizados no recibieron nada en absoluto por la pérdida de sus derechos humanos básicos, ni por la pérdida de innumerables vidas.


 

Todo esto nos suena aborrecible, pero en aquel momento, había una creencia genuina de que los negros eran genéticamente inferiores a los blancos. A causa del surgimiento de varias pseudociencias durante los 1700, se creía que la gente negra tenía la cabeza con una forma diferente, lo que les otorgaba menos capacidad de inteligencia, pero que también significaba que eran astutos y engañosos por naturaleza, por lo que lo natural era que el hombre blanco fuera el dominante. El filósofo e historiador del siglo XVIII David Hume dijo lo siguiente:


"Me inclino a sospechar que los negros, y en general todas las demás especies de hombres, son naturalmente inferiores a los blancos. Nunca hubo ninguna nación civilizada de otra complexión que la blanca, ni siquiera ningún individuo eminente en la acción o la especulación. No había manufacturas ingeniosas entre ellos, ni artes, ni ciencias... Una diferencia tan uniforme y constante no podría darse, en tantos países y épocas, si la naturaleza no hubiera hecho una distinción original entre estas razas de hombres."


Parece que mucha gente pensaba lo mismo. La Biblia también estaba horriblemente tergiversada para justificar este tipo de costumbres y creencias, y evidentemente, algunas personas olvidaron que Jesucristo no era, de hecho, caucásico...

 

"¿Por qué me cuentas todo esto? ¿Cómo es posible que algo que sucedió y terminó hace más que dos siglos pueda tener alguna relevancia hoy en día?"


Analizaré más a fondo esta cuestión en la tercera parte de mi pequeña serie, pero por ahora, sólo diré esto:

  • Para poder entender el racismo contemporáneo y las dificultades a las que se enfrentan las personas negras hoy en día, tenemos que entender que la esclavitud sigue teniendo un impacto. Como dije en la etapa 4, tras la abolición de la esclavitud hubo compensaciones para los esclavizadores, pero no para los esclavizados. No se les dio ningún tipo de ayuda para reiniciar sus vidas, así que, mientras algunos se beneficiaron de la abolición, los que habían sido esclavizados fueron abandonados a su suerte. Esto ha tenido un enorme efecto en las economías de las sociedades esclavistas, como las del Caribe, y en las familias de los que se quedaron o se trasladaron a Gran Bretaña. Además, el racismo que estaba presente en la sociedad británica del siglo XIX tras la abolición, nunca se abordó adecuadamente en términos de cualquier intento de modificar las actitudes de la gente hacia las diferentes razas, lo que, como podemos ver claramente, sigue teniendo un enorme efecto hoy en día.

  • Tenemos que darnos cuenta de que la riqueza de nuestro país, resultante de los días del imperio británico, surgió principalmente del horror de la esclavitud y de la explotación de los países que invadimos. Es fácil ver los diferentes elementos de la historia como aislados, sobre todo cuando se aprenden aisladamente en las clases de historia. Por ejemplo, cuando se estudia la Segunda Guerra Mundial, es difícil darse cuenta de que ésta tuvo alguna relevancia para España, dado que no participaron. Sin embargo, Franco y Hitler eran aliados y España casi entró en la guerra en 1940 en el mismo bando que Alemania. Del mismo modo, puede ser difícil ver (lo digo por experiencia personal) cómo la esclavitud ayudó a la economía de Gran Bretaña cuando gran parte de ella tenía lugar al otro lado del Atlántico. El hecho es que el dinero obtenido del comercio de esclavos y de las plantaciones coloniales fue una importante fuente de financiamiento de la Revolución Industrial, y el algodón cultivado por la gente esclavizada en las Américas era lo que mantenía los molinos en funcionamiento en Gran Bretaña. El azúcar, las especias y los materiales producidos en las colonias británicas, que nos dieron una ventaja comercial tan grande en todo el mundo, fueron cosas cultivadas y fabricadas por los cautivos. Muchas de las hermosas casas señoriales que tenemos en el Reino Unido se construyeron y decoraron con el dinero obtenido de los productos de las plantaciones; Jane Austen lo alude ocasionalmente en sus novelas, sobre todo con Sir Thomas Bertram en Mansfield Park, quien tiene una plantación en Antigua que parece suministrar gran parte de sus ingresos.

  • Conocer la herencia ancestral suele ser un privilegio de los blancos debido a la esclavitud. Al esclavizar a la gente en la medida ridícula en que lo hicimos, se borró la ascendencia de muchas personas. Si eres capaz de rastrear tu historia familiar a través de los registros del siglo XVIII y más atrás, como yo he podido hacer, entonces tienes una inmensa ventaja. Tal vez la ascendencia y la genealogía no sean lo tuyo, pero si no eres descendiente de alguien que fue esclavizado, entonces probablemente serías capaz de hacer una investigación bastante exhaustiva de tu árbol genealógico si quisieras. A causa de la esclavitud, muchas de las personas negras se han visto privadas de esa oportunidad.


La esclavitud no es la única responsable del racismo moderno -ya existía aquí mucho antes-, pero aun así tuvo un enorme impacto en su perpetuación y aceleración. No voy a disculparme por los detalles en los que he entrado; creo que es importante que los actos violentos cometidos por el Estado británico y su pueblo en la época de la trata de esclavos no sigan siendo glosados y ocultados como hasta ahora. Esto ha sucedido hasta un punto vergonzoso: en los 213 años transcurridos desde la abolición, Gran Bretaña nunca ha emitido una disculpa formal por el papel que desempeñamos en este pedazo de la historia.

Espero que hayas aprendido algo de este post; yo ciertamente he aprendido mucho investigando para escribirlo. El racismo debe combatirse con este tipo de educación, que hoy en día está muy ausente en nuestros programas escolares. Si quieres cambiar esta situación y opinar sobre otras cuestiones relacionadas con la igualdad racial, considera la posibilidad de firmar estas peticiones y escribir a tu diputado local. Si quieres averiguar si tus ancestros eran propietarios de personas, escribe tu apellido en este buscador de las listas T71 de los dueños de esclavos que recibieron indemnizaciones tras la abolición de la esclavitud.


Lee la Parte 2, 'Lo Que Hicimos en Nuestras Colonias' aquí.


 

Debo muchísimas gracias a mi amiga Carolina quien corregió la versión española, tanto por su ánimo como su ayuda - gracias hermana.


¡Gracias por leer! Si tienes alguna pregunta o si quieres ser escritor invitado para La Clasicista con un Atlas pues me encantaría oír de ti - te puedes poner en contacto a través del formulario en la página de contacto o via Instagram @theclassicistwithanatlas.


Enlaces útiles:

Biblioteca del Congreso - 'A Journey in Chains'

BBC miniserie documental, 'Britain's Forgotten Slave Traders', escrita y presentada por David Olusoga:

Historic England, 'Black Lives in England' (y subdivisiones)


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